Las Vegas es una ciudad para disfrutar eminentemente de noche, y las brillantes luces de neón que decoran fachadas y nombres de casinos, hoteles y tiendas tienen mucho que ver en ello. Este muy recomendable museo al aire libre ha recopilado y restaurado centenares de viejas señales y carteles luminosos de las fachadas de casinos y hoteles del viejo Las Vegas, ya demolidos, y los han expuesto para disfrute de turistas, nostálgicos y estudiantes de arte y diseño. El museo está situado en pleno downtown, es decir, en el viejo Las Vegas, donde se encuentra también Freemont Street, con su espectáculo de luces nocturno. Como guinda del pastel, el curvilíneo centro de visitantes del museo —no por casualidad se llama La Concha— es una hermosa muestra de arquitectura googie.
Algo similar sucede con Circus Circus, el estrafalario hotel y casino cuyo eje temático es el mundo del circo y que Terry Gilliam quería utilizar como localización en una larga secuencia de Miedo y asco en Las Vegas (1998). Finalmente, ante la negativa del casino a permitir que se rodara allí, el equipo de la película creó los decorados del Bazooko Circus, un hotel ficticio a imagen y semejanza del real. Duke y Gonzo se toman la penúltima copa en un delirante bar-tiovivo que imita a uno real que existía en el interior del Circus Circus y que aún existe, pero que ahora está en desuso y en mitad de una zona de recreativos y espectáculos destinados al público familiar.
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