La vieja Ruta 66 entra en el estado de Texas y encuentra, a pocos kilómetros de la frontera entre Nuevo México y Texas, una pequeña localidad que marca la mitad del camino. Adrian está situado, justamente, en el punto intermedio entre Chicago y Los Angeles —está a 1.833 kilómetros de cada una—, por lo que su Midpoint Cafe, construido en 1928, no es solo un lugar ideal para descansar o reponer fuerzas.
Después de Adrian, la primera gran población situada a lo largo de la Ruta es Amarillo, una ciudad con un nombre español impronunciable para los pobladores de habla inglesa. Amarillo tiene un downtown con imponentes rascacielos y un gran número de cines, teatros y restaurantes, pero sus atracciones principales tienen que ver, como no podría ser de otro modo tratándose de Texas, con los coches y con los chuletones de ternera. Big Texan Ranch es un local emblemático con aspecto de rancho, con un cowboy gigante hecho de neones presidiendo su fachada y una enorme vaca de plástico en el aparcamiento. Big Texan es un steakhouse clásico con decoración típica del suroeste que ofrece a los visitantes comidas y cenas amenizadas con grupos de mariachis. Cualquier corte de carne es, ciertamente, exquisito, pero lo que ha hecho popular al local es su salvaje reto: a aquel que pueda comerse un chuleton de 72 onzas —más de dos kilos de carne— en, como máximo, una hora le sale gratis la comida.
La película de animación Cars (John Lasseter, 2006) rinde homenaje a otra de las atracciones turísticas de la ciudad de la que hablaremos el próximo día.
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