Junto con el letrero de enormes letras blancas en el que se puede leer “Hollywood” casi desde cualquier punto de Ia ciudad, Hollywood Boulevard es el lugar más emblemático de Los Angeles para todo mitómano. En escasos metros se concentran edificios icónicos como el Dolby Theater, donde se celebran los Oscars, o el Chinese Theater, un cine de 1922 cuyo exterior tiene aspecto de pagoda y cuya entrada está abarrotada de huellas, impresas en cemento, de manos y pies de estrellas del cine. El famoso Paseo de la Fama recorre Hollywood Boulevard, que aparece pavimentado por las famosas estrellas con los nombres de actores y actrices legendarios.
Y en el numero 6669 se encuentra toda una institución de la ciudad: el restaurante Musso & Frank. Cuando Joseph Musso y Frank Taoulet abrieron el local en 1919 se inspiraron en los típicos asadores de carne de Nueva York, como el afamado Peter Luger de Williamsburg, y desde sus inicios fue considerado el punto de encuentro de la incipiente industria del cine, en el que guionistas, productores y estrellas como Humphrey Bogart, Greta Garbo, Orson Welles o Charles Chaplin podían reunirse para levantar proyectos del suelo.
Si has visto Erase una vez en… Hollywood, también conocida como la novena película de Quentin Tarantino, habrás sentido verdadera nostalgia de poder viajar en el tiempo y deambular por aquel Hollywood de finales de los 60.
Puedes elegir entre compadecerte en el parking trasero del Musso & Frank Grill como si fueses un actor acabado —al que interpreta Leonardo Di Caprio— o fingir ametrallar a nazis en el comedor principal –como el representante de artistas que interpreta Al Pacino– mientras lubricas tu garganta con un célebre whisky Sour antes de pedir un chuletón con patatas.