Jerry Lee Lewis nació en una familia con pocos recursos económicos que llegó a hipotecar su granja para comprarle su primer piano cuando aún era un niño para iniciarle en las canciones evangélicas. Así nació el mito de The Killer.
A principios de los años 50 su madre le apuntó a la Southwest Bible Institute de Waxahachie (Texas). Pero en una de sus reuniones Jerry Lee Lewis hizo una versión boogie-woogie y lasciva de ‘My God is real’ (Mi Dios es real) que desencadenó su expulsión fulminante por irrespetuoso. A partir de entonces lo que frecuentaba era los garitos más oscuros de Mississippi, Nashville y, luego, Memphis, donde entró en contacto con la discográfica Sun Records —en la que había estado Elvis Presley— en 1956.
Un año después su piano estaba en canciones de Carl Perkins y Johnny Cash, al tiempo que se convertía en estrella solista con ‘Whole lotta shakin’ goin’ on’ y ‘Great balls of fire’, ambas criticadas por su trasfondo sexual. Tanto era así que el propio artista tenía sentimientos encontrados hacia esas canciones, puesto que era devoto cristiano y pensaba que tanto él como sus fans irían al infierno. Y no estaba desencaminado en su caso, aunque sería terrenal e inminente.
Porque en mayo de 1958 el mundo supo que Jerry Lee Lewis, de 22 años, se había casado con una prima menor de edad, que entonces tenía 13. ¡Era el tercer matrimonio del músico! El escándalo lo destapó un periodista inglés que fue a recibir a Lewis al aeropuerto de Heathrow con motivo de su primera gira británica, que terminó siendo un desastre cuando el público se enteró. La gira se canceló tras solo tres desastrosos conciertos y, cuando la noticia llegó a Estados Unidos, sus canciones fueron prohibidas en las radios, mandándole al más oscuro ostracismo. Logró salir de él poco a poco, reconvertido en músico country, aunque sin renegar jamás del rock.
Fue incluido en el Salón de la Fama del Rock and Roll en 1986 y su contribución pionera al género ha sido reconocida por el Salón de la Fama de Rockabilly. En 2004 la revista Rolling Stone lo colocó en el número 24 en su lista de los 100 mejores artistas de todos los tiempos.