Needles es, como Barstow, otro pueblo impulsado por la llegada del ferrocarril a finales del siglo XIX. Cuando a partir de los cuarenta el coche sustituyó al tren, Needles vivió un segundo renacimiento al atravesar la Ruta 66 justo su calle principal. Hoy en día, esta localidad mantiene intactos casi quince kilómetros de la vieja Ruta, en los que se encuentran establecimientos históricos como el Route 66 Motel o el Palm Motel, además de varios diners. Needles aparece en los minutos iniciales de Carretera asfaltada en dos direcciones (Monte Hellman, 1971): el puente repleto de grafiti sobre el que pasa un tren está situado en el 132 de North K Street; justo después, el Mecánico y el Conductor cambian las ruedas de su Chevy del 55 muy cerca, en el cruce entre Front Street y North K Street.
Una de las principales razones por las que Carretera al infierno (Robert Harmon, 1986) —titulada originalmente The Hitcher, el autoestopista— se convirtió instantáneamente en una película de terror de culto es Rutger Hauer. El actor holandés, quien había protagonizado las primeras películas de Paul Verhoeven en su país, se había convertido en un icono por su interpretación del replicante Roy Batti en Blade Runner (Ridley Scott, 1982). En Carretera al infierno, Hauer encarna a una suerte de Terminator humano, implacable e indestructible, que persigue a un imberbe C. Thomas Howell por las carreteras vacías del desierto de Mojave. El paisaje apoya esa sensación de completa indefensión: el tramo de la vieja Ruta 66 que une Ludlow con Needies —y que corre paralelo a la I-40 — es una región desértica y árida de unos 150 kilómetros de largo en los que no se ve ni un alma ni hay ningún tipo de servicio, solo pueblos abandonados, ruinas y reliquias de otros tiempos.
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