Colorado es el estado de las Montañas Rocosas y su imagen más difundida reproduce las características típicas del paisaje alpino: montañas puntiagudas y nevadas, grandes bosques de pinos y lagos cristalinos.
Tiene algunas de las estaciones de esquí más famosas y exclusivas del país, como Aspen o Breckenbridge, así como encantadores pueblos de montaña —Telluride, Silverton, Ouray, etc.— convertidos en complejos turísticos, repletos de hoteles y restaurantes y rodeados de una naturaleza impresionante que ofrece al visitante la posibilidad de hacer decenas de actividades al aire libre.
Es lógico que Hollywood se fijara en un escenario natural de tal belleza para rodar películas de un género en el que el paisaje desempeña un papel fundamental: el western.
Gran parte de La conquista del Oeste (Henry Hathaway, John Ford y George Marshall, 1962) se rodó en los alrededores de Silverton y Durango, al igual que Colorado Jim (Anthony Mann, 1953), uno de los filmes más conocidos del tándem Anthony Mann–James Stewart, se benefició también de los espectaculares paisajes de las Montañas de San Juan.