Es muy recomendable desviarse de la I-40 y tomar el tramo paisajístico y en perfecto estado de la vieja Ruta 66 que une Kingman con Seligman. Más que un pueblo, Seligman es un parque temático dedicado íntegramente a mantener el espíritu de la Ruta 66 con la clara intención de atraer turistas de todo el mundo. Esta extravagante y pintoresca localidad, que estuvo a punto de desaparecer y fue rescatada gracias al empeño de sus habitantes, está repleta de moteles históricos —como el Historic Route 66 Motel o el Supai Motel—, tiendas de souvenirs con toda la memorabilia que alguien pueda imaginarse en relación con la mítica ruta y cafés convertidos en museos al aire libre.
El Delgadillo’s Snow Cap es un estrambótico establecimiento al borde de la carretera que ofrece exclusivamente hamburguesas, patatas y batidos, eso sí, excelentes. En la parte trasera tiene una colección de coches vintage a los que su propietario, el ya fallecido Juan Delgadillo, toda una leyenda de la Ruta 66, decidió un día pintar unos enormes ojos en el cristal delantero.
Si hablas con cualquier habitante de Seligman te contará que esta fue la inspiración directa para que John Lasseter, de Pixar, gran fan del automóvil y de la Ruta 66, ideara y dirigiera Cars, un filme animado sobre, justamente, un pueblo habitado por coches que está al borde de la desaparición desde que nadie pasa por allí debido a la construcción de una moderna autopista.
El aparcamiento del Seligman Sundries, un local multiusos en el que se pueden comprar recuerdos de la Ruta mientras se degusta un excelente café tostado y molido por ellos mismos, es otro museo de coches de época en el que los turistas se detienen a hacerse fotos.
Uno de los automóviles guarda una enorme similitud con Mate, la bonachona y oxidada grúa que aparece en Cars, con unos ojos enormes y los dientes dibujados en el parachoques.
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