Tras el paréntesis navideño volvemos con las historias del Street y de la Ruta 66. Y lo hacemos con uno de los mayores iconos estadounidenses. En el Parque Griffith se encuentra el icono más memorable de Los Angeles: la señal de Hollywood. Este enorme letrero con letras blancas se construyó en 1923 para publicitar una promoción urbanística y, originalmente, se podía leer “Hollywoodland”. Con el tiempo, la señal perdió sus últimas letras y se convirtió en un icono popular, la quintaesencia de las ilusiones generadas por la “fábrica de los sueños”. En 1932, una desafortunada aspirante a actriz, Peg Entwistle, se subió con una escalera a lo alto de la letra hache y se lanzó al vacío. Aquel suicidio forma parte, como el brutal asesinato de la Dalia Negra, de la leyenda negra de Hollywood. La cantautora Dory Previn —exmujer del compositor André Previn, quién la abandonó por Mia Farrrow— se basó en esta historia para componer una de sus canciones más famosas, Mary C. Brown and the Hollywood Sign.
La película La Dalia Negra (Brian De Palma, 2006), protagonizada entre otros por Josh Hartnett, Scarlett Johansson, Aaron Eckhart y Hilary Swank, relata esta truculenta historia que sucedió en los años 40, cuando dos policías de Los Ángeles investigan el asesinato de una actriz de Hollywood, y uno de ellos arriesga su matrimonio al obsesionarse con el crimen, mientras el otro se involucra con una mujer de una familia prominente que resulta estar relacionada con la víctima.
Basada como L.A. Confidential (Curtis Hanson, 1997) en una novela de James Ellroy, según la crítica del momento no estaba a la altura de la película de esta última y no tuvo buenas críticas por las interpretaciones —de las que solo se libraba Hillary Swank—, aunque sí fue elogiada la dirección de De Palma y el montaje de Bill Pankow.