INICIA SESIÓN CON TU CUENTA

¿HAS PERDIDO TU CONTRASEÑA?

¿HAS PERDIDO TUS DETALLES?

¡UN MOMENTO, YA ME ACUERDO!
Street Bar
T 985 233 088  |  CLIC PARA VER HORARIO
  • STARTERS
  • SALADS
  • HAMBURGERS
  • SANDWICHES
  • 100% STREET
  • MIX STREET
  • HOT DOGS
  • DESSERTS
  • DRINKS
  • LOGIN
  • No products in cart.

Street Bar

En Street Bar utilizamos únicamente aceite de oliva virgen extra en todos nuestros platos

T 985 233 088
E-mail: hola@streetbar.es

Street Bar
Calle Catedrático Miguel Traviesas 5 · Oviedo

  • La historia del Street
  • Qué hay de nuevo
  • Visita nuestro bar
  • Preguntas frecuentes

Qué hay de nuevo

Comida, bebidas, música, cine, series, comics...

Street Bar
11.01.2021 / Publicado en Concurso

La Navidad perdida

I Concurso de Cuentos Navideños

Autora: Isabel Boto Álvarez

Primera finalista del I Concurso de Cuentos Navideños “Ramiro Boto”

ɪ

En busca de la Navidad perdida. Así rezaba el cartel (letras doradas sobre fondo rojo) como otros muchos que había visto a la entrada de los pequeños comercios de la localidad. Al parecer, formaban parte de una campaña para incentivar las compras locales pero, en el estado de confusión en el que se encontraba, no dejaba de preguntarse qué significaba aquello de la “Navidad perdida”. ¿Cuándo se había perdido la Navidad?

A medida que se adentraba en las calles sinuosas que le llevaban al centro, crecía su profunda melancolía y extrañeza; en la zona más comercial y, generalmente, concurrida, la profusión de luces del alumbrado navideño, ya encendido a aquella hora de la tarde, contrastaba con el silencio casi absoluto y el vacío inquietante de las calles… Apenas un coche de vez en cuando o algún solitario transeúnte embozado. Cansado de su errático caminar, mirando escaparates sin saber lo que buscaba, decidió entrar en un bar; necesitaba un café bien caliente y, la sola idea de la aromática taza humeante ante un periódico desplegado sobre una mesa en cualquier rincón confortable o, incluso, la conversación con algún afable camarero, al que podría interrogar acerca del extraño y casi fantasmagórico aspecto del lugar, le arrancó una sonrisa… pero un nuevo descubrimiento dio al traste con sus expectativas: todos los bares estaban cerrados.

Una pareja se había parado ante un escaparate y se dirigió hacia ellos con la intención de preguntarles por qué no había ningún bar abierto; pero, antes de que pudiera abrir la boca, dieron un paso atrás y, después de lanzarle una mirada llena de acritud, se alejaron rápidamente. A su creciente perplejidad se sumó, en ese momento, una punzada de miedo: los gorros, calados hasta las cejas, y sendas mascarillas negras bajo las gruesas bufandas, dejaban al descubierto la hostilidad de su mirada. Buscó su propia imagen en el reflejo del cristal, temiendo descubrir alguna insospechada lacra que pudiera mover a los demás a mirarle con rechazo y, entre cajas decoradas, lazos pomposos, planchas, ollas inteligentes y la más variopinta mezcla de pequeños electrodomésticos que se exhibían en aparente pero estudiado desorden, llamó su atención el sugerente rótulo: «Si buscas la Navidad, aquí la encontrarás». Aceptando la implícita invitación, abrió la puerta. En la pared del fondo se exponían los televisores y, en unas enormes pantallas, se emitía en aquel momento un boletín de noticias:

“Volverá a reunirse el consejo para debatir las distintas estrategias propuestas para salvar la Navidad”.

¿De qué o de quién había que salvar la Navidad? ¿Acaso alguien la había secuestrado? Un robot de esbelta silueta -tronco broncíneo sobre dos piernas color azabache, cabeza ovalada de color indefinido, cubierta con un gorro rojo y blanco- dejó cuidadosamente sobre el mostrador las cajas que sujetaba y se dirigió a él con voz casi humana:

-El señor ha olvidado su mascarilla.-

Y, sacando un tapabocas negro de una caja, se lo ofreció con un amable por favor.

-¿Qué desea? -preguntó el dueño de la tienda.

-¿Qué le parece nuestro nuevo robot, capaz de realizar cualquier tarea como el mejor empleado doméstico? Naturalmente, podría usted pagarlo en cómodos plazos anuales.

Y, con el dedo índice, trazó una imaginaria línea en el aire, al tiempo que deletreaba: a – n – u – a – l – e – s.

Con una caja envuelta en papel rojo, con estrellas doradas, se preguntó si realmente deseaba comprar una olla programable pero, al contemplar el vistoso envoltorio con estrellas refulgentes, tuvo la impresión de que, cuando soltase de nuevo el enorme lazo, saldrían de la caja todos los dones de la Navidad, expandiendo por el mundo sus bendiciones, en contraposición a todos los males escapados de la Caja de Pandora.

ɪɪ

24 horas de búsqueda infructuosa. Dado el estado de siniestro total del coche, parecía poco probable que el conductor hubiera salido ileso o, al menos, lo suficientemente “entero” como para haberse alejado por su propio pie, así que se barajaba cualquier hipótesis. Pero el profundo estado de depresión en que lo había sumido el reciente fallecimiento de su único hijo hacía pensar en un intento de suicidio que, no habiendo sido consumado en el accidente, podría dar lugar a una huida para intentarlo por otros medios. La familia comentaba con los coordinadores la urgente necesidad de ampliar e intensificar la búsqueda cuando el jefe de policía recibió la noticia: se había encontrado a un hombre de mediana edad con una caja en las manos y signos de hipotermia. Sufría amnesia y no llevaba documentos.

ɪɪɪ

Años después, Héctor, celebrando la Nochebuena con su única nieta y la madre de ésta, habría de rememorar, sin amargura, aquel episodio de su vida en el que había sentido que el mundo y su propia existencia se resquebrajaban, bajo sus pies, como una placa de hielo sobre un lago, que se va agrietando a cada paso.

“Cuando Pandora logró cerrar la caja, ya se habían escapado todos los males, pero la esperanza, que estaba encerrada con ellos, permanecía allí, y la guardó para siempre. El recuerdo de aquellas horas sigue siendo confuso, pero me veo a mí mismo, aterido de frío, sentado en el portal de una casa desconocida, con una caja cuyo contenido ya no recordaba, contemplando los motivos navideños del papel de regalo. No sabía que, en aquel momento, estaba naciendo la persona a la que más quiero en el mundo.”

La madre de su nieta, sonriendo, encendería las velas sobre la tarta de cumpleaños.

Etiquetado bajo: cuentos navideños

Qué puedes ver ahora...

I Concurso de Cuentos Navideños
¡Feliz Año Nuevo!
Regresamos
I Concurso de Cuentos Navideños
I Concurso de Cuentos Navideños “Ramiro Boto”
guest
guest
0 Comentarios
Inline Feedbacks
Ver todos los comentarios

Posts recientes

  • I Concurso de Cuentos Navideños "Ramiro Boto"

    El día que me perdí y encontré la Navidad

    Aquí puedes leer el relato ganador del I Concur...
  • I Concurso de Cuentos Navideños "Ramiro Boto"

    ¡Feliz Año Nuevo!

    Este es el relato segundo finalista del I Concu...
  • Nueva app Street Bar para tus pedidos online

    Te traemos la nueva app de Street Bar que puede...
  • I Concurso de Cuentos Navideños "Ramiro Boto"

    I Concurso de Cuentos Navideños “Ramiro Boto”

    Street Bar te invita al I Concurso de Cuentos N...
  • Griffith Observatory

    El observatorio de las estrellas

    Situado en el interior del parque del mismo nom...

Categorías

  • American way of life
  • Cine
  • Comida & Bebidas
  • Concurso
  • Música

Archivos

  • enero 2021
  • diciembre 2020
  • noviembre 2020
  • octubre 2020
  • septiembre 2020
  • agosto 2020
  • julio 2020
  • junio 2020
  • mayo 2020
  • abril 2020
  • marzo 2020
  • enero 2020
  • diciembre 2019
  • noviembre 2019
  • octubre 2019
  • septiembre 2019
  • agosto 2019
  • julio 2019
  • junio 2019

© 2020 Street Bar · Legal · Privacidad · Cookies

Diseño · Fotografía · Desarrollo web: v|m video|marketing online

SUBIR
Utilizamos cookies propias y de terceros para mejorar la experiencia de navegación. Al continuar entendemos que se acepta nuestra política de cookies   ACEPTAR
Privacy & Cookies Policy

Privacy Overview

This website uses cookies to improve your experience while you navigate through the website. Out of these cookies, the cookies that are categorized as necessary are stored on your browser as they are essential for the working of basic functionalities of the website. We also use third-party cookies that help us analyze and understand how you use this website. These cookies will be stored in your browser only with your consent. You also have the option to opt-out of these cookies. But opting out of some of these cookies may have an effect on your browsing experience.
Necesarias
Siempre activado

Necessary cookies are absolutely essential for the website to function properly. This category only includes cookies that ensures basic functionalities and security features of the website. These cookies do not store any personal information.

No necesarias

Any cookies that may not be particularly necessary for the website to function and is used specifically to collect user personal data via analytics, ads, other embedded contents are termed as non-necessary cookies. It is mandatory to procure user consent prior to running these cookies on your website.

wpDiscuz
0
0
Nos encantaría leer tu pensamiento, por favor coméntanos.x
()
x
| Reply