Paul (Greg Mottola, 2011) es una inusual road movie —con alienígena deslenguado incluido— que rinde homenaje al género. Las referencias abundan a lo largo del filme y una de las más claras tiene que ver con Easy Rider (Dennis Hopper, 1969) y Las Vegas, una pequeña ciudad de Nuevo México. Cuando los dos protagonistas disfrazan al alienígena Paul de cowboy y lo pasean por Bridge Street, la calle principal de Las Vegas, que parece directamente extraída de un western, en el cine que se ve de fondo proyectan una doble sesión: Easy Rider y El diablo sobre ruedas (Steven Spielberg, 1971). Y es que en el número 170 de esa misma calle, pero unas décadas atrás, se encontraba la cárcel en la que los personajes interpretados por Dennis Hopper y Peter Fonda acaban tras ser detenidos, lo que les permite conocer a Jack Nicholson, también en el calabozo.
Las Vegas, de Nuevo Mexico, aunque no muy grande, ha acogido diversas producciones cinematográficas. Los hermanos Coen eligieron la ciudad y sus alrededores para situar la mayor parte de No es país para viejos (2007), largometraje basado en una novela de Cormac McCarthy que realmente transcurría en Texas y la frontera mexicana. Una de las secuencias más memorables de la película transcurre en el Eagle Pass Hotel, donde se aloja el personaje de Josh Brolin y donde, finalmente, se enfrenta cara a cara con el escalofriante Anton Chirguh —Javier Bardem, en el papel que le valió un Oscar— en una tensa secuencia que continúa con un cruento tiroteo en plena calle. El Eagle Pass es, en realidad, el Historic Plaza Hotel, construido en 1882 y en el que se afirma que se alojaron leyendas del Salvaje Oeste como Doc Holliday o Billy el Niño.
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