
Steven Spielberg, igual que Ridley Scott en Thelma & Louise (1991), eligió también las imponentes formaciones rocosas del Parque Nacional de Arches (Utah) como escenario del prólogo de Indiana Jones y la última cruzada (1989), la tercera parte de la saga del arqueólogo aventurero. Este prólogo muestra, en forma de flashback, la juventud de Indiana Jones. En él vemos al joven Indy, interpretado por River Phoenix, huyendo por la sección del parque perteneciente a The Windows —formada por una unión de tres arcos— al intentar evitar que unos ladrones roben unos objetos de arte navajo.
Si se sigue la Ruta 128 desde Moab conduciendo en dirección noreste, se puede encontrar a escasos kilómetros el pueblo fantasma de Cisco, abandonado desde la decadencia del ferrocarril. Cisco mantiene aún algunos edificios en pie, aunque bastante deteriorados, y se ha convertido en un cementerio de coches, si bien retiene ese aire fantasmagórico de otros asentamientos humanos vacíos desde hace muchas décadas.
Seguramente fue esa cualidad de lugar decadente, apartado de la civilización, la que hizo que Richard C. Sarafian escogiera su polvorienta calle principal para rodar el épico final de Punto limite: cero (1971) —muy similar, de hecho, al de Thelma & Louise—. Pintadas de fanáticos de esta obra de culto en las paredes de los viejos edificios ruinosos certifican que, de algún modo, “Kowalski Lives!” -Kowalski vive—.
En Thelma & Louise, las dos fugitivas hacen un alto en el camino deteniéndose en Cisco. En las secuencias rodadas en esta localidad fantasma, Susan Sarandon intercambia sus joyas con un anciano —uno de los pocos residentes reales que quedaban en el pueblo— por el sombrero vaquero que él lleva.