Este mes, exactamente el 8 de diciembre de 1980, hace ya 42 años que un hombre trastornado que buscaba la fama, llamado Mark David Chapman, disparó 5 veces —solo falló el primer disparo— y mató a John Lennon a la entrada del edificio Dakota, donde residía, en la ciudad de Nueva York. La muerte de Lennon, que tenía 40 años, una de las figuras más importantes e influyentes en la historia de la música rock, provocó conmoción y luto global. Eran las 10:50 de la noche del lunes. John Lennon regresaba con su esposa Yoko Ono de los estudios de grabación Record Plant.
Esa misma mañana, horas antes, la fotógrafa Annie Leibovitz fue al apartamento de Ono y Lennon para realizar una sesión fotográfica para la revista Rolling Stone. Había prometido a Lennon que una fotografía con Ono sería la portada, pero inicialmente trató de obtener una imagen del artista solo. Leibovitz recordó que “nadie quería a Ono en la portada”. Lennon insistió en que tanto él como su esposa debían estar en la portada, y después de capturar las imágenes, Leibovitz abandonó el apartamento del matrimonio. Después de esto, Lennon dio la que sería su última entrevista al DJ de San Francisco, Dave Sholin, para un programa musical en la RKO Radio Network. A las 5 de la tarde, Lennon y Ono dejaron su apartamento para mezclar juntos la pista “Walking on Thin Ice”, con Lennon en la guitarra principal, en Record Plant Studio.
Mientras Lennon y Ono caminaban hacia su limusina, fueron rodeados por varias personas que buscaban autógrafos; entre estas, Mark David Chapman. Era habitual que los fans esperaran fuera del edificio Dakota para ver a Lennon y obtener su autógrafo. Chapman, un empleado de hospital de 25 años de edad de Hawaii, silenciosamente, entregó a Lennon una copia de Double Fantasy, y el músico lo firmó. El fotógrafo aficionado Paul Goresh tomó una foto de este encuentro unas horas antes del asesinato.
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