A principios de los noventa, un desconocido llamado Quentin Tarantino vendió el guión de una violenta historia de amor en forma de road movie para financiar su primera película, Reservoir Dogs (1992). Amor a quemarropa (True Love) fue dirigida en 1993 por Tony Scott y está repleta de guiños de lo más tarantinianos, como la fascinación del protagonista por la estrella de las artes marciales Sonny Chiba —que aparecerá años después en Kill Bill (2003)—.
Esta obra de culto constituye una visión romántica y arrebatada del subgénero de “amantes criminales a la fuga”. No es extraño, pues, que la canción más icónica de su banda sonora, You’re so cool, de Hans Zimmer, sea una versión del Gassenhauer de Carl Orff. Una pieza corta aparecida en el volumen 1 de su Música Poética y que suena también en diversos momentos de Malas tierras (Terrence Malick, 1972).