
La diligencia, dirigida en 1939 por John Ford, no solo marca un hito en la narrativa y la estética del clasicismo cinematográfico, sino que hizo de John Wayne una estrella y de Monument Valley un territorio épico, profundamente ligado al imaginario audiovisual de todo espectador.
La película supuso el inicio de la relación de Ford con Monument Valley, que aparecerá en al menos una decena de películas dirigidas por él, entre las que se encuentran las célebres Pasión de los fuertes (1946), La legión invencible (1949) o Centauros del desierto (1956), estas dos últimas protagonizadas por John Wayne.
Desde el centro de visitantes hay una vista panorámica espectacular de dos de los promontorios que aparecen con mayor frecuencia en las obras de Ford: Merrick Butte y la pareja formada por los Mitten Buttens —el del este y el del oeste—, que tienen forma de manos alzándose hacia el cielo y por tanto son de gran significado espiritual para los navajos.