Al sur de las montañas de San Juan, cerca de Durango (Colorado), se encuentra el río de Las Ánimas, al que se lanzan Paul Newman y Robert Redford en una de las escenas más famosas de la exitosa Dos hombres y un destino (1969), dirigida por George Roy Hill. La roca desde la que se lanzan Newman y Redford está situada en la garganta de Las Ánimas, cerca del famoso Baker’s Bridge, y en un área recreativa donde la gente va a bañarse y a pescar.
Puede ser algo decepcionante ver la altura real del salto, que, en la película, fue montado y trucado para que pareciera mucho más peligroso de lo que en realidad es. El filme era una versión muy libre de las andanzas de dos forajidos del Salvaje Oeste, Butch Cassidy (Newman) y Sundance Kid (Redford), en un tono y un estilo perfectamente asimilables al espíritu de la época en el que se rodó, los sesenta. Sin embargo, gran parte de su fenomenal éxito se debió al hecho de reunir por primera vez en la pantalla a los dos principales sex symbols masculinos del momento —con permiso de Warren Beatty—. La canción principal, Raindrops Keep Fallin´on My Head, una pegadiza y ligera melodía compuesta por Hal David y Burt Bacharach, fue un hit inmediato que ha sido versionado en infinidad de ocasiones y que ganó un Oscar a la Mejor Canción Original.