Johnnie Johnson aprendió él solo a tocar el piano. Al ser reclutado en 1943 durante la II Guerra Mundial participó en una orquesta del Cuerpo de Marines.
Al acabar la guerra recorrió todos los locales nocturnos de Chicago y Saint Louis con su nuevo grupo, el Johnnie Johnson Trio. Hasta que llegó la Nochevieja de 1952.
El grupo tenía concierto importante para despedir el año pero Johnson necesitaba encontrar un sustituto para su saxofonista. Lo encontró en un guitarrista y cantante que solía actuar en bares interpretando canciones de Nat King Cole y de Muddy Waters. Su nombre era Chuck Berry. Aquel sustituto resultó ser un músico ambicioso y pasó a liderar el Johnnie Johnson Trio, que acabó llamándose Chuck Berry Combo. Cuando el guitarrista conoció a su ídolo Muddy Waters, este le sugirió que se presentara ante los propietarios del sello Chess Records. Chuck Berry firmó un contrato con los hermanos Chess y, a partir de entonces, fue estableciendo los cimientos del nuevo ritmo que comenzaba a despuntar a mediados de los años cincuenta.
Johnnie Johnson ayudaba al guitarrista esbozando música con el piano y mientras Chuck Berry completaba la canción con la letra y la guitarra. Mientras Johnnie Johnson echaba una mano a Chuck Berry en la composición de canciones como Maybellene, Roll over Beethoven o Sweet little sixteen, Chuck Berry intentaba ayudar a Johnnie Johnson con los problemas que el pianista tenía con el alcohol. “Johnnie, be good” —Johnnie, sé bueno— era lo que el guitarrista decía a su compañero cuando este perdía el norte acompañado de la botella. Utilizando esta frase como juego de palabras, Chuck Berry cantaba una historia sencilla del mito del sueño americano: un joven humilde que logra triunfar y ser respetado en el mundo de la música… aunque tocando la guitarra como él mismo. Otra referencia autobiográfica está en el propio título de la canción ya que Berry vivió en el 2520 de la Avenida Goode de Saint Louis —desde 1986 se llama Annie Malone Drive—.