El rock ‘n’ roll nació, al menos en parte, de la música gospel, y es difícil imaginar que un solo artista fuera más responsable de construir un puente entre los dos géneros que Sister Rosetta Tharpe.
La primera verdadera estrella de la grabación de gospel, Tharpe, saltó a la fama en las décadas de 1930 y 1940 antes de ser pionera en la técnica de la distorsión heavy en la guitarra eléctrica.
Su música fue la predecesora inmediata del rock ‘n’ roll y sirvió de inspiración para todas las primeras estrellas del rock que vale la pena conocer, desde Elvis Presley y Little Richard hasta Chuck Berry y Jerry Lee Lewis.
En un vídeo de la canción Didn’t it rain —que puedes ver arriba—, una grabación en directo de 1964 realizada en la estación de tren de Manchester, ella aparece como la gran reina, con un abrigo blanco y su guitarra eléctrica, que toca con una personal técnica pinzando como los músicos de blues pero usando notas de jazz. Una auténtica diva plena de energía que, sin embargo, se mostraba siempre accesible y cuyas actuaciones generaban un ambiente muy divertido, riendo y bailando.
En 1970 subida al escenario en Coppenhague y cantando Take My Hand Precious Lord, parece que sufrió un derrame cerebral que la mató dos años más tarde con 55 años. Antes, en un gira por Europa con Muddy Waters, debido a una diabetes tuvo que regresar de urgencia a EEUU y perdió una pierna. Pero siguió tocando y cantando hasta 1973.
Su época dorada llegó en las décadas de 1930 y 1940, cuando su música ya era una endiablada mezcla de textos propios del góspel con espirituales y el acompañamiento propio del rock ‘n’ roll. Para entonces ya se hacía llamar Sister Rosetta Tharpe.