Si el director de la película Drive —de la que hemos hablado en un par de ocasiones—, el danés Nicolas Winding Refn, tomó prestada la estética artificial y alucinada de Los Ángeles para su primera incursión en el cine americano, podríamos decir que el cineasta Michael Mann es, por derecho propio, el gran retratista de esta ciudad. El universo de Mann está compuesto por hombres duros, crímenes, traiciones, arrebarados amores románticos y paisajes urbanos nocturnos repletos de luces artificiales. Heat (1995), su obra maestra, reunió en un mismo plano por unos minutos a Robert De Niro y Al Pacino en la primera escena que rodaban jamás juntos: el restaurante en el que el criminal —De Niro— y el policía que lo persigue —Pacino— se encuentran es el Kate Mantillini, en el 9101 Wilshire Boulevard, ahora ya cerrado.
Tanto Heat como Collateral (2004) —también de Michael Mann— pueden considerarse cartas de amor a la fisonomía y a la arquitectura de Los Angeles. Además Collateral, que transcurre a lo largo de una noche en la que un asesino a sueldo —Tom Cruise— y el taxista al que ha secuestrado —Jamie Foxx— deambulan de un lado a otro de la ciudad, podría entrar dentro de esa categoría de road movie urbana. La primera se inicia exactamente donde la segunda finaliza: en la estación de metro elevada de Redondo Beach, en el 2406 de Marine Avenue. Esta estación, que marca la parada final de uno de los extremos de la Green Line —línea verde— del metro de Los Angeles, aparece en los títulos de crédito de Heat junto a Robert De Niro y es el lugar elegido por Michael Mann para la confrontación final entre el personaje de Jamie Foxx y Tom Cruise en Collateral.