
En agosto de 1920 la desconocida Mamie Smith se convierte en la primera cantante negra en grabar un disco de blues. En solo un mes vendió 75.000 copias y fue el disco más vendido del año. El éxito comercial fue tal que las compañías de discos empezaron a utilizar a cantantes afroamericanos para sus grabaciones. Las discográficas se dieron cuenta de que existía un mercado virgen por explotar. Habían nacido los ‘race records’ o ‘discos de raza’.
Trixie Smith —no confundir con Mamie Smith—, una influyente cantante de blues, compositora y animadora de vodevil afroamericana, grabó música en los llamados ‘race records’, que permitían contenido que nunca hubiera sido tolerado en los discos de blancos convencionales. Un ejemplo proviene de la letra que cantó en un disco llamado “Black Swan” en 1922: “My daddy rocks me (With one steady roll)”.
Muchos historiadores lo definen como el momento de la génesis del término “rock ‘n’ roll”.
Una traducción literal diría “mi papá me mece con un balanceo constante” pero lo que en realidad escandalizó y de lo que Trixie Smith hablaba era de “daddy” como sinónimo de “papi” —amante— y de “rocks” asociado a “roll” como balanceo propio del acto sexual. De ahí que “rock ‘n’ roll” esté asociado al sexo.
Etimológicamente, se sabe que los términos “rock” y “roll” —carentes de connotaciones de ningún tipo— eran utilizados en la cultura naval antigua para referirse a los movimientos del barco,”rock” para los movimientos atrás y adelante, y “roll” a los laterales.
Y en la cultura afroamericana, la expresión “rock” o “rocking” aludía a los estados de trance experimentados en sus rituales, asociados normalmente a expresiones musicales rítmicas. Trixie Smith era afroamericana y el blues es un género de origen afroamericano que se desarrolló espontáneamente en el siglo XIX en las plantaciones de algodón sureñas de Mississippi, donde los esclavos negros entonaban estos cánticos melancólicos asociados a la desesperación y al desarraigo.